Este adagio muy conocido venezolanamente aparece en el Profeta Daniel 2, 31-45; tiene algunos parelismo con salmo 1,4; Jer. 27,6, judit. 11,7; Lc. 1, 13; Mt. 21,42-44. Este adagio es muy usado contra los poderosos. Poderosos intelectaules, poderosos politicos o poderosos economicos o poderosos morales. La gente popularmente asi lo expresa en los medios rurales, urbanos, los intelectaules tambien. Con este adagio no se salva nadie. Significa que a veces se puede encontrarr gente que se ha creido la ultima pepsicola del desierto, pero carecen de lo que dicen, de alli que se diga que son giagntes con pies de barro, que es facil que se caigan, porque su importancia se estremece con poco aire, y caen facil de su ingreimiento. Por ejemplo algunos presidentes de Venezuela, gobernadores, moralistas ,algunos letrados aparentan una cosa pero en el fondo son unos don nadie. Y la gente peyorativamente asi los consideran, y los consideran asi porque su consistencia de grandeza no va a durar mucho, pronto bajaran de esa nube. Aunque hay otro adagio que dice: Dime de que presumes y te dire quien eres.
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