martes, 1 de noviembre de 2011


Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (5, 1-12)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así:

Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sedde justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se lesllamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.

Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Las bienaventuranzas van mas ala de los mandamientos. Es la utopía que se da para los necesitados. Es la esperanza que no acaba y nunca termina porque es camino abierto. Es espereza para los pobres de Espíritu. Esperanza para los que lloran, para los sufridos, para los perseguidos, para los injuriados, por los pacíficos. La historia ha estado llena de muchos pacíficos, pero tambien han habido muchos violentos. Cristo recupera con esperanza todos aquellos que han sufrido, y con Cristo tienen un espacio que ha sido quitado por los magnates de esta tierra. Con Cristo hay mas que una fortaleza, porque hay soluciones en su debido tiempo.

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